En los últimos años, el ecosistema de tecnología financiera en América Latina ha pasado por una profunda reconfiguración, impulsada por una dinámica de mercado más pragmática y resiliente. Para quienes actuamos en la vanguardia de la innovación y del Corporate Venture dentro de la industria financiera, el recién publicado LatAm Fintech Report 2025 de Sling Hub, en alianza con Torq, funciona como una brújula esencial para comprender las decisiones estratégicas de inversión en la región. La lectura más contundente del estudio es el contraste evidente entre la madurez de Brasil y el perfil de crecimiento del resto de las economías latinoamericanas, reforzando que la liquidez es hoy más selectiva, pero el potencial de transformación nunca ha sido tan tangible.
Selección más rigurosa y concentración de capital
El mercado es, indiscutiblemente, más exigente. El informe muestra que, aunque el volumen total de inversiones en fintechs aumentó en América Latina entre junio de 2024 y junio de 2025 —impulsado por picos de alta intensidad—, el número total de rondas disminuyó en comparación con el período anterior. Este contexto global de mayor selectividad exige propuestas más sólidas en tracción, producto y modelo de negocio, resultando en una concentración de capital en menos operaciones, aunque de mayor tamaño.
Brasil lidera con instrumentos financieros más sofisticados
Al analizar el eje Brasil versus Latinoamérica (excluyendo Brasil), observamos lo que quizás sea el indicador más claro de la madurez del ecosistema brasileño: la forma en que el capital está siendo estructurado. Las fintechs brasileñas levantaron un volumen significativo —US$ 2,38 mil millones en 12 meses— y registraron 125 rondas, ligeramente por encima de las 116 rondas del resto de la región. Sin embargo, la principal diferencia radica en los instrumentos utilizados. Brasil concentró sus mayores operaciones en deuda estructurada (debt), con destaque para CloudWalk y Asaas. En cambio, las demás economías siguieron orientadas a grandes rondas de equity, lideradas por Ualá y Konfío. Esta diversificación de instrumentos —en la cual el mercado brasileño busca asignaciones menos dilutivas y más alineadas al modelo de negocio (como los FIDCs)— es una señal inequívoca de un ecosistema que ya superó la fase inicial de capital de riesgo puro.
La fuerza del capital doméstico brasileño
Esta madurez se refleja directamente en el perfil de los inversionistas. El capital de riesgo brasileño, incluso en un ciclo más filtrado, ha demostrado resiliencia y enfoque local. Según el informe, Itaú (con 8 inversiones) y B3/L4 (con 7 inversiones) se destacaron como los inversionistas más activos en fintechs brasileñas, siendo B3/L4 el líder en aportes de equity. Este protagonismo de actores nacionales —principalmente instituciones financieras— indica que los grandes jugadores locales no solo acompañan la innovación, sino que la financian activamente.
En el resto de América Latina, sin embargo, el liderazgo estuvo en manos de instituciones internacionales, con BBVA, Kaszek y Goldman Sachs encabezando la lista. La fuerza del capital doméstico brasileño, anclado en grandes corporaciones con profundo conocimiento del mercado local, es lo que permitió al país convertirse en una referencia regional en Venture Capital. Brasil cuenta con una infraestructura de capital más robusta y con inversionistas que comprenden cómo monetizar el riesgo y navegar la complejidad regulatoria.
Regulación como motor de la innovación financiera
Y es precisamente en el marco regulatorio donde se encuentra el mayor diferencial competitivo de Brasil, funcionando como el pilar que sostiene la innovación y el crecimiento. La agenda del Banco Central (Agenda BC#) no solo acompañó la revolución fintech, sino que la impulsó, convirtiendo al país en un caso de éxito global.
PIX y Open Finance: pilares de inclusión y eficiencia
Esta proactividad se manifiesta de manera clara en el Pix, el sistema de pagos instantáneos que recientemente completó cinco años. Con una de las velocidades de adopción más rápidas del mundo, Pix ya supera los 160 millones de usuarios (entre personas físicas y jurídicas) y, en períodos recientes, alcanzó casi los 4 mil millones de transacciones en un solo mes. Además de consolidarse como el medio de pago más utilizado del país —superando tarjetas de crédito y débito en volumen de operaciones—, fue responsable de la inclusión financiera de alrededor de 71,5 millones de brasileños, evidenciando su impacto social y económico al democratizar el acceso a servicios bancarios.
Iniciativas como Pix y Open Finance son hoy los dos mayores pilares de innovación financiera en el sector minorista, garantizando inclusión y eficiencia. El Open Finance brasileño es considerado una referencia global, con más de 60 millones de consentimientos de intercambio de información, una cifra impresionante que demuestra su escala y adopción. La eficacia del regulador en crear un ambiente competitivo y seguro está inspirando a otros países, con el Banco Central promoviendo un diálogo intenso con naciones vecinas y compartiendo la experiencia del Pix.
Drex y tokenización: el próximo paso de la transformación financiera
Mirando hacia el futuro, el Banco Central ya está pavimentando el próximo ciclo de transformación con su agenda de tokenización y el Drex (el Real Digital). La CBDC brasileña no es simplemente la digitalización de la moneda, sino una acción estratégica para la transición hacia la “economía tokenizada”. Drex se concibe como una plataforma que permitirá la creación de nuevos negocios y el uso de dinero programable, smart contracts y la tokenización de activos del mundo real (Real World Assets – RWA). El proyecto piloto en curso prueba casos complejos como crédito colateralizado y transacciones con activos del agronegocio y bienes raíces, garantizando la liquidación simultánea y segura a través de su infraestructura.
Esta iniciativa es fundamental para aumentar la eficiencia y reducir costos en operaciones financieras complejas, además de reforzar el papel de Brasil en la vanguardia de la regulación y la tecnología financiera, manteniendo la interoperabilidad y la intermediación como elementos esenciales para la estabilidad del sistema.
Conclusión: Brasil como referencia global en fintech
En última instancia, el informe de Sling Hub/Torq demuestra que el ecosistema fintech brasileño ha superado la fase de optimismo desmedido. Entramos en un ciclo de mayor filtrado, pero también de mayor generación de valor. Las oportunidades permanecen, cada vez más concentradas en empresas que demuestran claridad en datos, buena gobernanza y una comprensión sofisticada de los instrumentos de capital disponibles. La combinación de un Venture Capital maduro y local, con un regulador que actúa como catalizador de la innovación, consolida a Brasil como el faro de la tecnología financiera en América Latina.
