La Transformación Digital no es solo una cuestión de eficiencia operativa. Hoy también se ha convertido en una aliada esencial para enfrentar los desafíos ambientales. La integración de criterios ESG –Ambientales, Sociales y de Gobernanza– en las soluciones tecnológicas se ha transformado en un camino sin retorno para las empresas que desean prosperar de manera sostenible. Y lo mejor: cada vez vemos más iniciativas exitosas que pueden servir de inspiración para el futuro.
En los últimos años, los efectos del calentamiento global se han intensificado de forma preocupante. Las temperaturas siguen en aumento y los eventos climáticos extremos son cada vez más frecuentes, como sequías prolongadas e inundaciones históricas. Estos fenómenos impactan directamente la vida de las personas y la economía global. Un ejemplo claro es el incremento en los precios de los alimentos, consecuencia de pérdidas en la producción agrícola.
A pesar de este escenario crítico, creo firmemente que el cambio pasa por la concientización y el compromiso de la sociedad, pero sobre todo por el uso de la tecnología como herramienta capaz de predecir con precisión estos fenómenos y actuar de forma preventiva. Actualmente, el sector agrícola es uno de los que mejor aprovecha este potencial mediante plataformas de software ambiental inteligente que permiten monitorear en tiempo real las emisiones de gases y el uso de recursos. Según estimaciones, es posible ahorrar hasta un 50% del agua utilizada en riego, además de optimizar el consumo de energía e insumos agrícolas.
Más allá del agro, he observado un creciente compromiso de empresas de tecnología con iniciativas orientadas a la sostenibilidad, como Totvs, Algar y CI&T. Estas compañías han invertido en el desarrollo de soluciones que ayudan a sus clientes a monitorear y reducir su huella de carbono de manera consistente. A nivel interno, también implementan medidas para mejorar la eficiencia energética de sus centros de datos y promueven una cultura organizacional con metas claras de impacto ambiental positivo.
Un ejemplo relevante viene de Evertec, multinacional de origen puertorriqueño con fuerte presencia en América Latina. Desde 2019, cuenta con un grupo multidisciplinario enfocado en temas ESG, con énfasis en sostenibilidad a largo plazo. Entre las acciones implementadas destacan la sustitución de equipos antiguos por modelos más eficientes, la instalación de sensores en áreas inactivas, la adopción de tecnología LED y la promoción de espacios de trabajo abiertos e híbridos.
Estas medidas han contribuido a una reducción significativa en el consumo de energía en sus operaciones en la región, además de impulsar una mentalidad más sostenible entre sus colaboradores. Más que iniciativas aisladas, estas prácticas muestran que la innovación puede –y debe– estar guiada por un propósito sostenible. Y hay una buena noticia: los consumidores valoran cada vez más a las empresas que demuestran un compromiso real con la sostenibilidad.
De acuerdo con la Encuesta Global de Insights del Consumidor, realizada por PwC y publicada este año, el 70% de los participantes afirmó estar dispuesto a pagar más por productos sostenibles. A su vez, un estudio de Data Makers 2023 señaló que la reputación y la imagen de marca son los principales impulsores para la adopción de prácticas ESG. Las compañías han entendido que, en esta nueva dinámica de mercado, los consumidores están más atentos, comprometidos y exigentes. Quieren conocer el origen de los productos que adquieren y la forma en que son desarrollados sus procesos de producción.
Ser una empresa responsable trae beneficios que van más allá del aspecto económico. Además de mayores ingresos, genera importantes avances en reputación y credibilidad, factores decisivos en un mercado altamente competitivo. Estos hallazgos refuerzan una visión optimista: el mercado avanza hacia un futuro más sostenible.
Según el Panorama de Sostenibilidad Corporativa 2025, realizado por la Amcham Brasil (Cámara Americana de Comercio), el porcentaje de empresas con iniciativas sostenibles pasó del 71% al 75% en comparación con el estudio anterior. La mayoría de estas organizaciones declaró que la sostenibilidad forma parte de la estrategia central del negocio.
Estoy convencido de que la tecnología seguirá siendo un pilar esencial en la lucha contra el cambio climático. El uso de inteligencia artificial para prever y mitigar riesgos climáticos se intensificará. Las plataformas digitales para el rastreo de emisiones continúan expandiéndose. Y las llamadas fintechs verdes están ganando terreno, promoviendo inversiones sostenibles y contribuyendo de manera directa a causas ambientales.
Vivimos la era dorada de la tecnología. Nos corresponde aprovechar al máximo este recurso y desplegar todo su potencial para generar un impacto positivo y duradero también en nuestro planeta.
Este artículo fue publicado originalmente en Inforchannel.